viernes, 11 de diciembre de 2009

La víctimas de los atentados en Irak se suman
Tres atentados dejan un resultado de seis muertos y 23 heridos. Los ataques se dieron dentro del conocido ‘triángulo de la muerte’, formado por las ciudades de Yusefiya, Latifiya y Mahmudiya.
Al sur de la capital, un coche bomba estalló tras la llegada de la patrulla que fue alertada previamente. Seis personas perdieron la vida y otras 20 están afectadas, al punto que la policía no descarta que aumente el número de víctimas fatales .
En Bagdad, otra bomba lesionó a un teniente de policía, a quién los extremistas ubicaron un artefacto detonante bajo su auto, en el barrio chií de Zayona.
Otro herido se suma a la lista, por ataques en mahawil, provincia de Bahabel.
Esto sucedes tras el sangriento suceso ocurrido en en Bagdad el pasado ocho de diciembre, donde otra explosió0n mató a 127 individuos y otros 450 sufrieron heridas.

“No a la ley mordaza, abajo el rey de la mentira”
“Correa te jodiste, con Quito te metiste”, gritaba la multitud mientras esperaban la salida de quien llamarían su ‘ídolo’, el ex presentador de televisión Carlos Vera.

La concentración inició un par de horas antes de lo establecido: 17:00. Poco a poco los simpatizantes de Vera, periodistas y ciudadanos se dieron cita en el parque El Arbolito, en Quito, para protestar contra la ley de comunicación, ‘ley mordaza’, como algunos la llamaban y que está por ser aprobada en la Asamblea.

El encuentro inició a las 17:30 con la presentación de personajes públicos. La gente no cesaba de clamar al unísono sus gritos de protesta: “fuera Correa fuera”, “que se vaya a Cuba”, “Carlos Presidente”.

Alrededor de 5 mil personas se dieron cita para protestar a favor de la libertad de expresión. Vestidos de negro, con banderas, pancartas y silbatos acudieron a la convocatoria realizada por Vera.

“No a la ley mordaza, abajo el rey de la mentira”, decía una de las pancartas que llevaba Ana Cueva. Junto con su hermano disfrazado de rey, llegaron al parque a protestar por lo que ella decía “ser el fin de la democracia”. “Todo por lo que los ecuatorianos han luchado a través de la historia, lo perderemos si pasa esta ley mordaza”.

Seiji Iwata, periodista del Asahi Shimbun (Periódico del amanecer - Tokio), dijo que antes que protestar contra la Ley que va a salir, parecería que la gente quiere derrocar al actual mandatario.

César Montúfar, asambleísta de oposición, fue el primero en pronunciarse. Señaló no estar dispuesto a que se quite la libertad a los ecuatorianos que aún creen en ella. “Si dejamos que esta ley pase, tendremos que acostumbrarnos a vivir de rodillas”, decía mientras de rato en rato gritaba “libertad”.

La multitud continuaba alentando. “Democracia sí, dictadura no”. Todos intentaban ser escuchados.

Pero había otros que no pensaban los mismo. Sebastián Lincango, estudiante de periodismo, cree que la ley debería aprobarse. “Debe existir algo que controle a los medios para que pueda haber libertad de expresión, sino se convierte en libertinaje”, expresó indignado ante los gritos de la muchedumbre. “La marcha se supone que era por la ley de comunicación, no para protestar contra Correa”, criticó.
Carlos Ibarra, reportero de RTU, canal UHF, afirmó que “esta no es una ley de comunicación, es una ley de medios, que intenta tener un control político sobre qué decir y qué no decir”.

A la tarima salió Galo Monteverde, un militar retirado. Llevaba puesto un sombrero de copa con los colores de la bandera de Ecuador y una pequeña cinta que decía “Viva Quito”. Varias señoras que se encontraban en las primeras filas, indignadas comenzaron a gritar en su contra, acusándolo de llevar los colores de la bandera venezolana, pero haciendo caso omiso a las acusaciones, siguió con su discurso. Dijo estar en contra de “estos gobernantes de pacotilla”, como llamó a los representantes de Alianza PAIS.

Auki Tituaña, ex alcalde de Cotacachi, inició su intervención incentivando a la gente a gritar: “democracia sí, dictadura no”, para continuar acusando a Correa de ser un “títere del gobierno venezolano”, a lo que la multitud respondió con fervor: “no queremos y no nos da la gana, de ser una colonia, venezolana”. Recordó cómo el pueblo quiteño derrocó a Lucio Gutiérrez y dijo esperar que suceda lo mismo con Correa. Incentivó al pueblo a clamar: “llucshi Correa llucshi” (fuera Correa fuera, en kichwa).

Las horas transcurrían y la noche se hacía presente. Para finalizar, subió a la tarima entre ovaciones y halagos Carlos Vera.

Inició agradeciendo por la acogida que tuvo su convocatoria, por “vencer el miedo y no callar” y a las organizaciones políticas “no prostituidas”.

Acusó a Rolando Panchana, asambleísta de Alianza PAIS que presentó el primer proyecto oficial, de ser un “traidor” y dijo que los de “asalta país”, como se refirió a los representantes gobiernistas, deben salir del poder, para lo cual se declaró contendor de Correa. Sus simpatizantes gritaban “Carlos Presidente, Carlos Presidente”.

“Si la prensa miente y es mediocre, ¿por qué se ufanan tanto en aclarar?”, añadió tras calificar de fascista a la publicidad del Ejecutivo.

Mientras tanto, una señora de aspecto humilde que llevaba una pequeña funda de mentas, sacó de su bolso unas estampillas de la Vírgen de El Quinche y alzándolas en dirección hacia el ex presentador, gritaba emocionada: “Carlos Presidente”.

Inculpó a los asambleístas de querer “maquillar” la ley para engañar al pueblo y dijo que deberían archivar la ley. La gente gritaba identificada con Vera: “a la basura, a la basura”.

Para finalizar la concentración que duró más de dos horas, Vera anunció la próxima convocatoria que se realizará el 9 de diciembre, un día antes del debate del cuerpo legal en el pleno del Legislativo, para la cual pidió la asistencia de los ciudadanos y periodistas que estén en contra de la ‘ley mordaza’. La multitud continuó gritando contra el Gobierno cuando en Quito la noche ya reinaba en el cielo.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

viernes, 20 de noviembre de 2009

´IN MEMORIAN´

“Para el habitante de Nueva York, Paris o Londres, la muerte es palabra que jamás se pronuncia porque quema los labios. El mexicano, en cambio, la frecuenta, la burla, la acaricia, duerme con ella, la festeja, es uno de sus juguetes favoritos y su amor más permanente. Cierto, en su actitud hay quizá tanto miedo como en la de los otros; mas al menos no se esconde ni la esconde; la contempla cara a cara con paciencia, desdén o ironía”.
Octavio Paz

Un olor penetrante a flores muertas invade el lugar. La gente va y viene como si entraran o salieran de una gran feria, con la diferencia que mientras unos ríen, otros solo atinan a llorar. El cementerio Municipal de Tumbaco se levanta majestuoso al conmemorar un año más del Día de los Difuntos. Cada 2 de Noviembre se rinde homenaje a quienes están varios metros bajo tierra.
Sonia Chihuana es una madre soltera, joven, morena, delgada, de unos grandes e inseguros ojos negros. Tuvo que afrontar la dura realidad de criar a un hijo sola cuando apenas tenía 19 años. Su esposo, José Loaiza, falleció en un accidente de tránsito cuando solo tenía 24 años. Ya han pasado cuatro años desde aquel fatal día, pero ella cada año adorna junto a su niño la tumba de quien fue un gran esposo, padre, amigo, compañero e hijo.
Flores, pintura y una brocha la acompañan ya pesar de haberse formado con las costumbres de su natal México, respeta y trata de mantener las tradiciones que había aprendido con él. Cuidadosamente limpia la lápida de su amado, cuidando de no olvidar ningún rincón en el que se pueda acumular el polvo, mientras recuerda las tradiciones que tenían en su pueblo.
Mientras tanto, en los patios del cementerio la gente va de un lado a otro, recogiendoflores, poniéndoles agua, conversando entre ellos. Algunas tumbas son más recordadas que otras. Unos cuántos se sientan alrededor de los sepulcros y comparten los alimentos como símbolo de unión con su difunto.
Sonia nació en un pequeño pueblo cercano a Ciudad Juárez. Aún recuerda los días cuando tuvo que viajar hasta Ecuador obligada por la presión de uno de sus tíos, quien pagó todos sus gastos con tal de que ella viniera. Sus padres no tenían para mantenerla, así que prefirieron que ella se marchara para “tener una vida mejor”, dice mientras suelta una risa burlona al recordarlo, pues esa “mejor vida” sigue sin llegar.
Pero dentro de tanta pobreza nunca dejaron de confiar en su Santa, la Santa Muerte, en quien ponen sus más íntimas peticiones al momento de rendirle homenaje. Cuando su esposo murió, recuerda que prendió una vela cada día durante una semana para pedirle a su Santa que lo bendijera cuando llegara junto a ella, y para que no dejara que se convierta en un “almita en pena”.
Cuando José murió, a ella le parecieron muy extrañas las costumbres ecuatorianas, ya que es cierto que es triste la partida de un ser querido, pero “en mi pueblo lo celebramos como una fiesta a pesar de la tristeza”. Antes de cada entierro, en la país azteca se realiza una pequeña fiesta en honor al difunto, todos llevan comida, licor, vestimenta y varios objetos que le servirán al difunto en su partida al otro mundo. Sin embargo, la familia se queda casi con todos los obsequios, ya que aquella fiesta además de servir para dar el último adiós, sirve para hacer una pequeña colecta para los deudos.
Con las brochan en la mano, Sonia cuenta que en México la gente ofrenda botellas de cerveza, tequila o cigarros, que la gente enciende y deja en un cenicero para que se consuman.
“Ella nunca nos falla”, dice mientras sonríe al recordar que su hijo rompió una pequeña estatuilla de su santa, al creer que era uno de sus muñecos de plástico. La estatuilla llevaba una gran corona dorada, una toga negra y varios collares y sortijas de colores.
A pesar de tener unas costumbres diferentes, la mexicana ha adoptado las tradiciones que se celebran aquí. Junto con su familia prepara ‘guaguas de pan’ y ‘colada morada’, tras haber visitado y llevado flores a quien fue “el amor de su vida”.
Termina la liempieza, se seca las lágrimas y se va junto a su hija disfrutar de los manjares de la fecha de muertos, mientras queda atrás el campo santo donde reposa para siempre el jefe de familia.


miércoles, 11 de noviembre de 2009

Un lugar de encuentros mortales

Eran a penas las nueve de la mañana del domingo y a la morgue de Quito ya habían llegado 15 cadáveres. “Esta vida es un asco”, decía Susana con acento colombiano, mientras intentaba secar sus lágrimas con un pañuelo. Nada lograba calmarla. Ella lo había presentido, sabía que su esposo no regresaría aquella noche.

Así como ella, varias familias esperaban entre lloros y lamentos los resultados para poder retirar los cuerpos de sus fallecidos. Suicidios y accidentes de tránsito eran la mayor causa de fallecimientos.

Mientras tanto, los cuerpos sin vida yacían sobre las frías latas del lugar. Completamente desnudos, tornándose amarillentos, reposaban los cadáveres de los tres jóvenes que murieron a causa de la imprudencia de un chofer alcoholizado. Entre ellos estaba Luis Villavicencio, esposo de Susana.

El joven, de 27 años, fue uno de los desafortunados. Su rostro estaba totalmente desfigurado, las heridas eran profundas y descubrían ciertas partes internas del cuerpo. Su abdomen partido en dos daba el indicio de que él era quien conducía el automóvil. El volante se había incrustado entre sus víceras.

Durante la autopsia, solo se escuchaban voces de los médicos susurrando diagnósticos. El olor a formol invadía la sala e incitaban al vómito a quienes no estaban acostumbrados a percibirlo. Una brisa escalofriante hacía aún más impactante aquella escena.

Villavicencio y sus amigos fallecieron la madrugada del sábado. Salían de su trabajo en la procesadora de alimentos Pronaca. Por razones desconocidas detuvieron el automóvil en la avenida Occidental, frente al Centro Comercial El Bosque, cuando repentinamente recibieron el fuerte impacto de un camión que iba a exceso de velocidad. El camionero estaba alcoholizado.

Ecuador es el cuarto país en el mundo donde los accidentes de tránsito se convierten en la principal causa de muerte. Quito es una de las ciudades más peligrosas, según la organización Justicia Vial.

El camión se volcó, pero a su conductor no le ocurrió nada. Al llegar la Policía detuvieron al chofer y fue llevado al retén, donde esperaba que se dictara la sentencia que cambiaría radicalmente su vida. La Ley de Tránsito castiga hasta con 12 años de prisión a quien arrebata una vida por manejar tomado.

Luis era oriundo de Ibarra y su esposa solo deseaba poder llevarlo lo más pronto posible.

Mientras tanto, en los patios de la morgue se vivía un ambiente tenso. Un grupo de colombianos llegó preguntando por José Ayala. Había desaparecido hace dos semanas y varios vecinos les habían comentado que deberían ir a buscarlo allí.

Efectivamente lo encontraron. El colombiano fue asesinado el martes 13 en Calderón. Había recibido más de 10 puñaladas y de un solo estirón, separaron su cabella del resto de su cuerpo: lo habían degollado.

El caso fue muy atendido por los medios, pero aún así solo dos semanas después fueron a reclamar su cadáver.

Los familiares de Ayala trataban de averiguar qué fue lo que le sucedió, pero nadie sabía darles razón. Los foresnes les pidieron que esperen hasta las 14:00, hora en que llegaría el director de la morgue.

Así transcurrieron las horas, ya era el medio día y seguían llegando más cuerpos, al parecer el día iba a ser largo, apenas empezaba. La espera de Susana solo alimentaba su dolor, pues una mala decisión de su esposo, le costó su vida y se llevó consigo a sus dos a migos.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Un festejo adelantado

La multitud está conmocionada. Gritos, saltos y festejos demuestran la felicidad que viven los hinchas. Levantan los brazos desesperadamente para tratar de expresar su alegría, mientras gritan al unísono “Ecuador, Ecuador, Ecuador”.
El primer gol se lo vive intensamente, aún no terminan de festejarlo los ecuatorianos cuando de pronto se da el segundo, gol que pondría fin a la alegría de los ecuatorianos ya que se trataba de un tanto uruguayo.
Hombres y mujeres vestidos de los colores de la selección: gorros, banderas, silbatos, todo está listo para apoyar a la Tricolor. Uno a uno van entrando a la sala del Complejo de Médicos, en donde previamente se preparó la pantalla gigante. Con sus grandes vasos de cerveza a la mano, tratan de escoger el mejor sitio y los mejores puestos para poder ver el partido.
Inicia el cotejo y unos cuantos aplauden como alentando a los jugadores y felicitando el posible triunfo. Se advierte el entusiasmo que existe en la sala, ya que mientras realizan las primeras jugadas, el optimismo se apodera de los presentes mientras uno que otro grita: “vamos Ecuador”. Son varios los intentos de gol por parte de ambos equipos, pero ninguno anota el tanto que abrirá el marcador.
Todos están a la expectativa del primer gol. Unos ya angustiados, otros ansiosos y unos cuantos confiados. Con cada acercamiento del equipo ecuatoriano se observan los gestos de esperanza y al mismo tiempo de indignación al no concretar la jugada. Y así entre la ilusión y la rabia termina el primer tiempo de este penúltimo partido que se juega por las eliminatorias al mundial Sud África 2010 en el Estadio Olímpico Atahualpa.
Los minutos transcurren y la gente aprovecha para ir a tomar aire al gran balcón que se encuentra en una de las esquinas de la sala. El medio tiempo está por terminar así que nuevamente todos regresan a sus puestos para ver el partido.
Tras la salida de uno de los mejores volantes de marca del Ecuador, Cristian Noboa, se da el ingreso del joven jugador del Villarreal de España, Jefferson Montero. En una demostración de sus habilidades, logra desbordar la marca despegándose del defensa uruguayo, colocando un centro preciso al segundo poste para que Antonio Valencia concrete el primer gol del partido a los 67 minutos.
Segundos después, todos consternados tras el empate de Uruguay no hallan palabras para describir lo que está sucediendo. Vino tras un pase a fondo para el delantero Diego Forlán, el cual puso un pase directo al centro del área para que su compañero Luis Suárez anote el primer tanto de la selección uruguaya y así concrete el empate ante la impotencia del portero ecuatoriano.
Los hinchas están anonadados, algunos ni siquiera se percataron cuando la selección charrúa metió el gol del empate, las caras de sorpresa son notorias en aquel salón, los gestos de disgusto no faltan en los rostros de los asistentes. Así transcurrieron los minutos restantes, esperando cambiara el marcador.
Un penal a favor de la Tricolor no es cobrado, y mientras Ecuador está volcado al ataque, la zaga uruguaya rechaza un balón que es bien aprovechado por sus delanteros, jugada en la cual se genera un penal, el cual se convertiría en el segundo tanto de la selección albiceleste.
Así terminaron los 90 minutos de juego, sufriendo tras algunas jugadas, para terminar con un dos a uno a favor de Uruguay.
Al final del encuentro cada hincha lleva una imagen de lo que fueron aquellos momentos, pero sin más vuelven a la cotidianeidad de su vida, unos ya mareados por el licor consumido durante el cotejo, otros comentando sobre las mejores jugadas y los errores cometidos por el director técnico y el árbitro, y otros ya retirándose a casa con la gran desilusión de la pérdida sin mencionar ni una sola palabra.

lunes, 20 de abril de 2009

FUSSION OF CULTURAL MUSIC

Ten years ago a new fusion of music was born in Argentina, Spain and France. This mix of sounds has become popular among many innovative people around the world. We want talk about this topic, because we support this kind of music.
“Gotan Project” is one famous group who represents this music gender. This fusion expresses a protest voice of people, who have a rebel spirit and disagree with society.
Other examples of this music groups are: “Bajo Fondo Tango Club”,” Narcotango”, “Enigma”, “Camarón de la Isla”, “Gipsy Kings”, etc; these are the most popular groups nowadays.
This kind of music incorporates many sounds like tango, electronic, salsa, flamenco, acid jazz, chill out, R&B, blues, funk, etc.

CONCLUSION:
This artistic expression tried to recomfort the soul and create relaxing sounds.

jueves, 16 de abril de 2009

“La noche de Sofía”

Atrevida, coqueta y sexy es aquella joven de aproximadamente 18 años. Lleva puesto un corto vestido naranja, el cual apenas cubre un tercio de sus poco soleados muslos. De su delgado cuello cuelga un collar de perlas del color de la tierra aún húmeda, el cual llega un poco más abajo de sus pequeños senos.

Es una noche de sábado, el cielo está despejado. Fernando, un joven robusto, no tan alto y con unos alborotados rizos muy singulares, lleva los embutidos para asarlos. Al poco tiempo Andrés, su primo, un joven alto y delgado se acerca para ayudarlo y así inicia la celebración del cumpleaños número veintiuno de Fernando.
Son las 21:30 y ya han llegado la mayoría de invitados. Mientras Andrés se encarga de la parrillada, Fernando bebe una y otra cerveza con sus amigos. De pronto Sofía, la chica del vestido naranja, se acerca hacia uno de los amigos de Fernando, lo toma de la mano y lo lleva hacia la sala. Las luces se apagan, la música suena tan alto que las paredes retumban.
Sorpresivamente Sofía se mueve muy sensual y provocativa, lo cual asombra a los asistentes; las chicas se incomodan y los hombres disfrutan al mirarla. Su cuerpo se contornea muy eróticamente tras el ritmo del reggaetón mientras sus manos juegan con el vestido, levantándolo poco a poco, dejando al descubierto todo lo que una pequeña tanga no puede cubrir.
De rato en rato el aroma de la parrillada se deja percibir en la sala. Es un vaivén de exquisitos olores que incita a salivar entre los presentes y los invita a saborear uno que otro trocito de los deliciosos salchichones.

Andrés termina de asar los embutidos, un olor penetrante despierta el apetito de los invitados. La música se vuelve más suave, bajan el volumen del equipo, y al ritmo de una salsa romántica se dirigen al jardín en donde les espera un apetitoso asado. Sofía también para de bailar, se muestra mareada a causa del licor, trata de mantener el equilibrio pero no lo logra. Los estragos del alcohol hacen su efecto y le obligan a apoyarse en la pared para evitar caerse. Retira uno de los platos y va en busca de su comida. El sabor ratifica el aroma. Así lo confirma alguno de los comensales: “Andy, qué buena sazón tienes” Y los demás, sin abrir su boca, sin decir palabra, asienten con la cabeza y dejan escuchar un “mmmmmmm” de disfrute.
Satisfechos, abandonan el jardín y van en busca de la música que suena con mayor fuerza que antes. Sofía no es la excepción. Unos cuantos tragos y se alborota aún más. Ahora, sus movimientos son realmente seductores.
Si para unos es un goce y un deleite, para otros es una molestia. ¡Aquí ya se perdió el respeto! Se escucha entre los varones.
Sofía muy acaramelada se acerca a Diego, uno de sus amigos, y mientras bailan, sus cuerpos muy pegaditos rozan el uno con el otro; un piquito por aquí, otro por allá. Él acaricia su cintura, ella se acerca, lo abraza y de repente un beso sumamente apasionado llama la atención de los amigos que reunidos alrededor de ellos dejan escuchar :¡yyyyyy!.
A poca distancia de Sofía, otra joven de aspecto más discreto y decoroso, muy enfadada agarra de un solo tirón su cartera y sale hacia el patio; uno de sus amigos sale tras ella y la abraza, como tratando de calmarla.
Los minutos transcurren. Tanto Sofía como Diego están ebrios. Son las dos de la mañana, y tomados de la mano se encaminan hacia uno de los cuartos de la casa de Fernando. No es difícil advertir que la noche es larga, apenas si empieza…